La diferencia entre socialismo y comunismo explicada
- Panku
- 25 abr 2022
- 10 Min. de lectura
Alguna vez te has preguntado qué es el socialismo, qué es el comunismo y cuál es la diferencia entre ambos. Aquí te tenemos una explicación sencilla:
por Pablo Cruzvillalba

¿Qué es el socialismo?
«Cada quien según sus posibilidades y a cada quien según su trabajo»
Imagina un mundo en el que a la gente realmente se le retribuya por su trabajo de acuerdo a la cantidad y la calidad con el que lo realizó; bueno, eso es lo que busca el socialismo.
El socialismo no crea una sociedad equitativa e igualitaria en términos económicos, pero sí tiene como objetivo formar una sociedad de diferencias mínimas preparada para el modo de producción comunista (es decir, muchos los ven como un paso previo al comunismo).
Así, en el socialismo está regulada la adquisición de derechos de la propiedad y hay un mejor control de los medios de producción y la distribución del capital y de la tierra.
En el socialismo es clara la diferencia respecto a la capacidad de trabajo, pero queda claro que respecto a las necesidades hay igualdad. Cada persona necesita un techo, alimentación, trabajo digno y educación.
Una sociedad equitativa no implica que todos tengan lo mismo, sino que todos tengas satisfechas sus necesidades. Ése es justamente el objetivo del socialismo. El socialismo elimina las clases sociales pero no las diferencias. Los residuos del capitalismo perdurarían, como perduran todas las construcciones humanas de la historia.
Económicamente el socialismo es también un sistema que se prepara para producir eficientemente los satisfactores para solventar las necesidades de una población. Para ello son necesarias dos condiciones:
1. Producir lo suficiente. Todas las necesidades productivas deben de estar cubiertas. Esto no quiere decir que se produzca en exceso, como en el capitalismo, sino que solamente lo suficiente.
2. Las personas deben trabajar de acuerdo a sus posibilidades. Esto es la responsabilidad social. Es a esta actitud ante la sociedad a lo que Lenin llamaba el nuevo hombre del socialismo. ¿Qué entendemos hoy en día por ser socialmente responsable? No es trabajar según nuestras posibilidades, sino conformarnos con no afectar a los demás en nuestro quehacer, es decir, actualmente tenemos una visión totalmente individualista.
La economía en el socialismo es una economía planificada. Se busca priorizar la producción de satisfactores según las necesidades de la sociedad. ¿Cuáles son las necesidades de la población? ¿Cómo se satisfacen y qué hacer para satisfacerlas? Estas son las preguntas que atiende la economía en el socialismo.

Vista central del mural El hombre controlador del Universo, en El Museo del Palacio de Bellas Artes, en la Ciudad de México. (Wikimedia Commons)
En este sentido, se pueden rastrear principios socialistas en una gran cantidad de prácticas gubernamentales en todo el mundo. Los países nórdicos como Dinamarca, Finlandia, Suecia o Noruega, por ejemplo, tienen prácticas que se pueden ver fuertemente influidas por los ideales socialistas.
Por ejemplo, el cuidado de la salud pública es una parte importante del modelo nórdico. A diferencia de países como Estados Unidos, en el que la salud era únicamente privada hasta antes del Obamacare (programa que terminó con Trump), en los países nórdicos están asegurados servicios de salud de calidad independientemente de las circunstancias económicas de los ciudadanos.
Además, en los países nórdicos, la mayoría de las tareas del bienestar social son asumidas por el Estado o las autoridades locales, y solo de una manera limitada por individuos, familias u organizaciones nacionales de bienestar. Todo esto tiene una clara inspiración socialista aunque estos países funcionan con economías capitalistas (no hay de otra manera; no puede existir un país comunista mientras el sistema económico hegemónico sea capitalista).

COPENHAGEN, DENMARK (Photo by Nigel Roddis/Getty Images for Ironman)
¿Qué es el comunismo?
«Cada quien según sus posibilidades y a cada quien según sus necesidades» Por otro lado, el comunismo es visto por algunos como el momento culmen del socialismo. Mientras que en el socialismo se busca hacer reformas para ir desapareciendo las diferencias económicas, en el comunismo se busca la abolición definitiva de las clases sociales y de la propiedad privada (y no solo su regulación).
Aquí se sigue la máxima “cada quien según sus posibilidades y a cada quien según sus necesidades”. Es decir, mientras que en el socialismo se retribuía a cada quién según sus posibilidades y según su trabajo, la expectativa principal de la sociedad en el comunismo es que cada quien aporte a la comunidad según sus habilidades. Lo anterior es posible si y sólo si la sociedad en su conjunto ha ofrecido las mismas oportunidades suficientes a los miembros para desarrollar sus capacidades. Es decir, el comunismo sólo puede funcionar si se establece como un sistema global.
Las oportunidades que se dan en un modo de producción comunista son diferentes y radicalmente contrarias a las que se dan en el capitalismo. En el capitalismo pensar en oportunidades es sinónimo de pensar en oportunidad que tiene cada persona en el mundo de asalariarse y, por lo tanto, de no ser dueño de los medios de producción, de ser un trabajador que sólo vende su capacidad de trabajo para subsistir. En el comunismo las oportunidades son las suficientes para que cada miembro de la sociedad desarrolle sus capacidades. Si una persona tiene talento para las matemáticas, se ofrecen las oportunidades para desarrollar esa habilidad. Si una persona tiene talento para la carpintería, se ofrecen las oportunidades. Cada una de las profesiones no tiene por qué ser distinta si ambas aportan satisfactores sociales. En un caso el conocimiento, en otro caso, la madera trabajada para su uso. La diferencia en el comunismo (en contraposición al capitalismo) no implica desigualdad en la satisfacción de la vida.
El libre acceso a los artículos de consumo sólo es posible a través de los avances de la tecnología, lo que posibilita la abundancia.
¿Ha existido de verdad el comunismo?

Nueva York, NY. Un indigente camina en las calles de Manhattan en Agosto, 22 del 2014. Según el Departamento de Servicios de Indigentes, el número de indigentes en la ciudad de Nueva York ha aumentado por más de 20 mil sobre los números registrados desde 2009 hasta 2022. (Photo by Spencer Platt/Getty Images)
Es importante hacer énfasis en que el socialismo nunca ha sido probado en el mundo. ¿Cuántas veces hemos escuchado la frase «el comunismo fracasó»? Esta postura es alimentada por un analfabetismo en términos económicos y políticos. El comunismo no ha existido en el mundo tal y como lo conocemos. Por otro lado, los sistemas económicos, en cuanto a sistemas, tienen como objeto la totalidad de las relaciones sociales. Es decir, para que un sistema sea sistema, ha de ser global. ¿Hemos visto al comunismo ser un sistema global? No, el comunismo no lo hemos visto ni siquiera en un solo país. ¿Hemos visto al socialismo ser un sistema global? No, el siglo XX atestiguó 70 años de socialismo en la mitad del mundo pero nunca como sistema mundial. ¿Hemos visto al capitalismo ser un sistema global? Sí, hoy vivimos en ese mundo.
¿Quién quiere ser socialista?

El pueblo a la Universidad, la Universidad al pueblo. Por una cultura nacional neohumanista de profundidad universal es un mural de David Alfaro Siqueiros y se ubica en el edificio de Rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). (Wikimedia Commons)
El 4 de noviembre de 2017, Washington Post publicó una interesante nota relacionada con nuestro tema: «El Reporte anual de las actitudes de EEUU respecto al socialismo» (Annual Report on US Attitudes toward Socialism) arrojó cifras no esperadas. En Estados Unidos la mayoría de la juventud está más a favor de vivir en el socialismo que en el capitalismo. El 42% de los encuestados apoyó el capitalismo. El 44% de ellos dijo preferir vivir en un modo de producción socialista. ¿Será que viene un gran cambio económico? Que la juventud norteamericana esté a favor del socialismo no cambia el modo de producción, pero puede ser un buen indicador de hartazgo del capitalismo.
¿Cuáles son las diferencias entonces?
Mientras que el socialismo se concentra en la búsqueda de la eliminación paulatina de la diferencia entre clases y la considera como un motor para la transformación social, política y económica, el comunismo busca eliminar las clases por completo. Mientras que el comunismo hoy en día es sostenido por los partidos comunistas a nivel mundial, el socialismo es representado por los diferentes partidos de izquierda que buscan más que la abolición de las clases, la reforma política que logre disminuir las diferencias entre pobres y ricos.
En el socialismo cabe la idea de que se puede lograr una sociedad sin clases por medio del capitalismo y la propiedad privada pero sólo con el suficiente control que logre borrar las diferencias económicas (cosa que no busca el capitalismo por sí mismo, ya que hay capitalismos que promueven las diferencias, la acumulación desmedida y el monopolio de los medios de producción).
Una sociedad sin clases sólo se logra a través de una sociedad en la que todos son iguales, sin distinción de género o de cualquier otro tipo.
Por otro lado, el ideal del comunismo es una sociedad libre, sin división de clases. En el comunismo, toda la actividad económica y social está regulada por el Estado. En el comunismo sí es importante terminar con el sistema capitalista y la propiedad privada.
Además, la producción se reparte no sólo de acuerdo con el trabajo de los individuos sino según sus necesidades. En el comunismo, el ideal no es que la gente trabaje por obligación, sino porque el trabajo es una responsabilidad para con los demás (comunismo viene del latín “comunis”: común).
Para el comunismo, es importante cambiar el régimen económico y social porque es la única manera en que podremos cambiar al hombre.
El socialismo puede convivir con diferentes formas de gobierno mientras que el comunismo busca que el gobierno sea directamente de los proletarios (el pueblo).
El papel del Estado: En primer lugar, el socialismo asume que el poder institucional debe regir el sistema económico y político de un país y regular la convivencia del sector privado. Por su parte el comunismo establece que solamente el Estado debe contar con el control de los medios de producción como modo de lograr el crecimiento económico.
La lucha de clases: Mientras que el socialismo entiende que debe regularse la convivencia entre ellas, el comunismo establece que es necesaria su eliminación, llevando a todo individuo en una sociedad igualitaria (clase proletaria) y de Estado.
Propiedad privada: El socialismo asume que la propiedad de factores de producción puede recaer en manos privadas y no solamente en el Estado, pese a que el objetivo de la economía nacional debe perseguir un control de recursos estatales igualitario y con carácter social. Para ello, se busca la propiedad pública de ámbitos clave como la sanidad, las infraestructuras, la educación o la energía. El comunismo, en cambio, establece un control estatal total de los mismos como forma de conseguir la igualdad social.
Relación con el capitalismo: Mientras el socialismo se ha ido adaptando hacia modelos mixtos o de convivencia en entornos de libre competencia, el comunismo se opone firmemente a modelos capitalistas y aboga por su eliminación en las naciones.
Grado democrático: En países socialistas coexisten distintos partidos políticos de distintas tendencias y existe un mayor nivel de democracia, mientras que en los comunistas existe un único partido gestor y de obligada suscripción.
Nivel de burocracia: En los Estados con modelo socialista existe un mayor nivel de discusión social y participación de las instituciones en materia como la sanidad o la educación. Por el contrario, en el comunismo no hay lugar para la vida política y toda decisión es tomada por el aparato del Estado e impulsadas por medio de la fuerza.
Capitalismo: productor de desigualdad

En las elecciones del 2016, miles de estadounidenses apoyaron al candidato demócrata Bernie Sanders, candidato con ideas socialistas que señaló el gran problema del modelo económico actual. Bernie era seguido por un nutrido grupo de jóvenes (Photo by Spencer Platt/Getty Images)
Actualmente en el mundo, la brecha entre pobres y ricos es desmedida, tan sólo en México el sistema económico/político actual ha dado como resultado que el 46,5% de la población viva en la pobreza, mientras solo un 1% de los mexicanos acumula el 21% de la riqueza del país.
Pero esto no es un caso especial de México. En 2015 la riqueza del 1% de la población mundial alcanzó la mitad del valor del total de activos. Es decir, solo el 1% de la humanidad poseía la mitad de toda la riqueza mundial. Todo esto ha sido fruto del sistema económico actual (que tiene sus bases en el capitalismo).
En otras palabras: el 1% de la población mundial, aquellos que tienen un patrimonio valorado de 760.000 dólares (cerca de 14 millones 440 mil 000 pesos), poseen tanto dinero líquido o invertido como el 99% restante de la población mundial.
Esta situación no mejorará si no combatimos el analfabetismo respecto a los sistemas económicos y respecto al modo en que las personas en el mundo se organizan para satisfacer sus necesidades. Sólo así podremos comprender mejor la situación en la que vivimos y tomar cartas en el asunto.
Origen del socialismo
Tradicionalmente, el socialismo es una doctrina que exige la sustitución de la propiedad privada por la colectiva en los medios de producción, cambio y distribución; del mismo modo, pide la distribución igualitaria de la riqueza y la eliminación de las clases sociales.
Los antecedentes del socialismo son tan antiguos como la propia historia de la humanidad, pero el término “socialismo” fue acuñado a principios del siglo XIX. De hecho, en las aportaciones de los socialistas utópicos (Robert Owen) y, sobre todo, en los escritos de Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) se hallan los antecedentes más inmediatos del socialismo moderno.
En la actualidad, el socialismo se identifica con posturas ideológicas que aceptan el libre mercado en lo económico, aunque con una significativa intervención del Estado para corregir diferencias sociales.
Primeras críticas al capitalismo
Con los socialistas utópicos o pre-marxistas aparecieron las primeras críticas radicales al capitalismo, principalmente dirigidas a las bases de un sistema que consideraban causante de la miseria en que se hallaban sumidas grandes masas de la población. Estos llamamientos por parte de los primeros socialistas tenían procedencias y orientaciones bien distintas; sin embargo, había en todos ellos una idea central común: hacer desaparecer los motivos que determinaban que unos hombres explotaran a otros.
Robert Owen (1771-1858) fue la figura más destacada del primer socialismo inglés, quien propugnaba la creación de ciudades de tipo cooperativo; por su parte, los socialistas ricardianos esbozaron las teorías de la explotación y la plusvalía, argumentando que el sistema de salarios privaba al trabajador de una parte del producto de su labor.
Asimismo, el socialismo francés tuvo una gran influencia durante todo el siglo XIX. Henri de Saint-Simón (1760-1825) trató de instaurar una nueva ética social que regulara las relaciones entre ricos y pobres. De forma paralela, Charles Fourier (1772-1837) se propuso reorganizar la sociedad de tal modo que llegara a la armonía por medio de la formación de asociaciones cooperativas; y, finalmente, Joseph Proudhon (1809-1865) fue el primer reformador social que se dio a sí mismo el nombre de anarquista: fue defensor de la teoría del valor-trabajo y expuso una reforma del sistema monetario que acabara con la escasez de crédito.
Marx y Engels
Tanto para Marx como para Engels, el socialismo es un estadio intermedio entre el capitalismo y el comunismo, un tipo de formación que sucederá al capitalismo, del mismo modo que éste sucedió al feudalismo. Según la interpretación marxista, el capitalismo será derrotado y el socialismo surgirá como consecuencia de la lucha de clases y las consiguientes revoluciones proletarias que las contradicciones internas del propio sistema capitalista genera.
Es más, para ambos autores, el fin del socialismo es satisfacer las necesidades materiales y culturales de toda la sociedad y de cada uno de sus miembros, atendiendo al desarrollo de manera planificada de la economía nacional e incrementando la productividad del trabajo social.
Bajo esta perspectiva, la economía socialista se apoya en la propiedad estatal, que pertenece al pueblo a través del Estado, y en la propiedad cooperativa, que define la que corresponde a un conjunto de grupos, a una colectividad. Es decir, la primera comprende las empresas del Estado relacionadas con la industria, el transporte, las comunicaciones, la agricultura y el comercio; mientras, el sector cooperativo se compone de las formaciones de consumo.
por Pablo Cruzvillalba
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